Navidad

Navidades otra vez

Y ya están aquí de nuevo las Navidades. Claro, todo esto llega con su turrón (del duro, del blando, del de chocolate, del de coco, del de crema catalana…), polvorones, mantecados (nunca tuve clara la diferencia entre este par último), alfajores, chocolate en sus múltiple variantes… pero claro, esto es solo es una parte de la parte dulce (valga la redundancia), en la parte salada puede ser peor y es cuando más derrochamos: que si pavo, que si capón (no, no nos conformamos con un pollo común y corriente), que si embutidos ibéricos (o no tanto), que si patés (pobres patos), que si paletillas y jamones, que si las cestas que nos regalan en la empresa (este año no tanto), que si caviar (no tiene que ser del bueno, bueno), que si el vino, el cava o champán… así podría estar hasta el infinito y más allá. Pero no es cuestión de aburrir sin motivo alguno y más con un tema que la mayoría ya conoce.

Unos reniegan de la Navidad, otros les alegra, a otros les da por suicidarse (en principio los menos y esperemos que a nadie le de por ahí este año), unos que no pueden permitírselo aún queriendo porque les ha pillado en la cola del paro, otros que no creen, unos que solo critican (se haga lo que se haga nunca estará bien) y otros que simplemente lo pasan lo mejor posible.

Total, que si eres de los que se contagia de la alegría que transmite otra gente igual que tú, ya sabes que el resto no importa y que no todo el mundo estará conforme con lo que pienses o sientas, así que a disfrutar estas fechas, no gastes mucho (o tu economía se resentirá más de lo que pueda estar), aprovecha el estar con los tuyos y los que te quieren (si no lo haces a menudo por lo menos utiliza estas fechas como excusa) y disfruta de lo bueno de la vida que no hay mucho. No hay nada como ser optimista ante la adversidad, ¿no?

Pues este año (como los anteriores) voy a disfrutar las Navidades, el año nuevo y los reyes aunque le pese a según que gente. Y al que se deje le deseo:

¡Feliz Navidad y próspero año nuevo 2010!

Y para colmo, sé que me repito más que el ajo, pero me encanta esta canción navideña, esta vez al estilo años 60, sus dos jaquetonas de fondo con su coreografía, el voluptuoso coro y también su particular baile (y pelucas) y la señora Carey con su atuendo adecuado para el momento así como una fotografía en blanco y negro: ESPECTACULAR (y no solo me refiero a las del coro…) 😉

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Feliz Navidad

Esta noche igual aprovechas para emborracharte y ponerte ciego de mantecados, guirlache, chocolates, gambas y demás mariscadas, regalos, platos de comida que nunca se acaban, villancicos, risas… vamos, todas los excesos que son comunes para la fecha.

Pues te iba a decir que los excesos se pagan tarde o temprano, que luego te arrepentirías por no haber dejado ese polvorón en la mesa cuando no podías más o en el lavabo echando hasta la primera papilla. Mejor te digo que por un día no va a pasar nada (bueno, va a ser más de un día) y que disfrutes de esta nueva Navidad lo mejor que puedas y que te olvides de los problemas por un momento. Aprovecha ese rato con los tuyos aunque sean pocos.

Y si estás totalmente solo y encima leyendo todo esto, igualmente te deseo lo mejor. Si quieres desahogarte para bien o para mal en los comentarios, a tu disposición están.

¡¡ Feliz Navidad !!

Y ahora una canción que me gusta mucho, pero que no aguanto a la cantante (aunque de muy ver sí que está), así que mejor una imitadora de, digamos, otra región y que al parecer en su pueblo la conocen muy bien.

Buscando vídeos de All I Want For Christmas Is You me topé con este que me hizo mucha gracia por su asento catalán (creo que muy catalán no es, pero la vida da muchas sorpresas). Y sino, fíjate sobretodo al principio

Para el que quiera ver los vídeos originales, aquí un enlace y aquí otro. Lo siento, no puedo con esta señora, demasiado ñoña por muy buena que esté.

Foto: fcoramirez

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El agobio de estar agobiado

No sé si es porque es viernes o que está cerca la Navidad o porque estamos atontaos, pero es que llevo un día de agobio que no me aclaro. Por un lado me apretan para que termine una faena y por el lado en que yo aprieto están de reuniones. Sí de esas que tienes cuando hay algo para picar en el centro de la mesa de la sala de reuniones, además también tienes algo para beber y momentos para charlar tranquilamente con tus compañeros y con tu jefe. Vamos, de esos momentos que a nadie le amarga estar trabajando ese día.

Hay épocas en las que uno no se debería comprometer. De hecho esto ya me lo enseñaron en unos cursillos que hice en su día: no hay que hacer grandes cambios en los sistemas los viernes ni los lunes. Lo del lunes no me importa, pero lo de los viernes es sagrado si no quieres pasarte la tarde y parte del sábado trabajando por algún cambio que se hizo y que luego no funcionó pero se pensaba que no iba a ser tan grave.

Lo mismo debería ser para los fines de año. El último mes no se debería hacer nada de importancia. Mantener todo como está y solucionar pequeños fallos, pero ya está. Que luego vienen los problemas y los acelerones y no todo el mundo está preparado para colaborar. Que las prisas son malas consejeras y los previos a la Navidad son peores.

Si alguna cosa has de aprender de esto (que osado por mi parte) es que no permitas que te hagan trabajar con temas extras el final del año. Aunque claro, esto no creo que se pueda aplicar a los comercios y otras empresas que hacen su agosto precisamente por estas fechas.

Foto: bnim

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Luces de Navidad

No todas las luces de Navidad son iguales. Bueno, si acaso unas son más iguales que otras. O por lo menos unas tienen derecho a estar y otras no. Según la zona donde las hayan puesto.

Parte de mi barrio está pegado a una avenida donde la mitad del recorrido es comercial y la otra apenas tiene tiendas. Casualmente la parte que no tiene dicho comercio tampoco tiene luces de Navidad y la que tiene sí, por lo que podríamos deducir que solo tienen derecho a la iluminación aquellos sitios en que se gestiona algún tipo de transacción popular. Esto, visto así, confirma la regla de que la Navidad solo sirve para comprar sin importar el motivo (aunque te digan que hay que pensar en los deseos materiales del prójimo).

Que lástima que el buen sentido se haya perdido y prime las arcas de los comercios por encima de todo. De hecho se demuestra como el gobierno, sea del partido que sea, está a merced de los grandes empresarios y no imponga una ley más severa que por lo menos impida que les tome por el pito del sereno.

Navidad, ese agridulce espacio de tiempo que socializa un poco más a algunos y deprime a otros.

Por cierto, normalmente la Navidad se asocia a frío, nieve, fuego a tierra, mantas… Debe chocar que en países donde ahora es verano la Navidad sea calor, playa o piscina, toalla… De los que he oído que han emigrado aquí y en su pueblo las temperaturas suben, dicen que también tienen la misma sensación pero al contrario. No sé, yo no me imagino esta época en manga corta, aunque si tú eres de la otra parte del mundo seguramente no entiendas mi jersey de lana.

Otra cosa: podrían dejarlas todo el año para así empezar a encenderlas sobre agosto más o menos. Total, cada año se adelantan en ponerlas en marcha y así se ahorrarían el tener que desmontar el chiringuito. O mejor aún, se podría dejar todo el año iluminadas para parecer que siempre hay que comprar… esto, perdón, es Navidad.

Aunque si quieres saber una buena teoría del verdadero significado de la Navidad, no debes perderte esto de Reflexiones de Repronto.

Esto último visto en: El baron rojo

Foto: alrom

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Consecuencias de Navidad

   Deben ser las pasadas fiestas, pero cuando intento sujetarme a la hora de comer, mi mente puede más que yo. Hay momentos que parece que controlo, pero hay otros que no hay manera. Como vaya con hambre soy capaz de empezar a engullir hasta dejarme limpio el plato y seguir buscando para ver qué queda en el puchero.Supongo que el que tenga guarrerías en casa también influye el que no deje de buscar esas sobras hipercalóricas que por alguna razón no se han consumido cuando debieran.
   La comida debería ser tratada como el alcohol: produce dependencia. De hecho me hacen gracia esos anuncios que gritan a los cuatro vientos que suproducto sacia el hambre. Ya. Lo que pasa es que normalmente el problema no es el hambre, es la gula y el ansia que te hacen engullir con el estómago lleno y hasta que no estás que revientas no paras de comer. Si el abanico de posibilidades para elegir alimento no fuese tan grande, igual hasta estaríamos más delgados. Claro que también me puedes decir que haga deporte porque es sano y todas esas razones supuestamente de peso, pero cansa, me da más hambre y cuando me hastío me engordo 10 Kg en dos días.
   Yo lo que no quiero es que me engorde hasta el aire que respiro. Yo lo que quiero es tener un intestino que no aproveche tan a fondo lo que me zampe por mi boca o que pueda modificar a placer: ahora aprovecho, ahora no.

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