No sé si es que te adaptas o qué, pero nunca había dormido tan poco y me había adaptado tan fácilmente. No sé si es porque cuando tienes un crío llegas a dormir ciclos enteros o porque la voluntad de tirar para delante ante los tuyos son más fuertes que cuando vas a trabajar. La cosa es que de alguna manera lo llegas a vencer.
El sueño es algo que como no superes te puede acarrear muchos problemas tanto en ti mismo como en la relación con los demás. Te irritas antes, el humor desaparece, tienes ganas de hacer nada, atiendes menos a cosas importantes, te cuesta concentrarte…
Por suerte el cuerpo sabe reaccionar ante esa situación y te hace caer rendido a la menor oportunidad de relax que tengas en el día (aunque malo es si te pilla conduciendo, así que cuidado).
Este sacrificio que llegamos a hacer por nuestros recién nacidos (lo de pasar sueño, claro) se nos olvida por la satisfacción de saciar cualquier necesidad que les surja en los primeros años. Por eso seguimos teniendo más de un hijo, porque olvidamos los traumas pasados y le damos más importancia a los beneficios obtenidos.
Ahora toca sobrellevar todos los problemas que vayan surgiendo (que no serán pocos) y poco a poco hacerse camino en este intrincado laberinto hasta dar con la solución, porque el resto llegará solo y sin llamarlo.
Comienza una nueva etapa.
Eso será los primeros días… ya verás…
O eso, o destinado al insomnio estarás…
Reza, hay gente a quienes les duermen las criaturas 7h seguidas desde el primer día!!
Ains, se os da la mano y os cogéis el brazo… Ya veremos. He de firmar un acuerdo de derechos de imagen con él.
Coñe, y yo con estos pelos… quiero más afotos!!
Pingback: Bitacoras.com