¿Te acuerdas de la campaña aquella que decía: Está claro, sabes limpiar ¿Por qué no lo haces en casa? La fomentó el gobierno (Asuntos Sociales) allá el mes de marzo de 2003 para que los hombres compartiesen con su esposa/o o compañera/o las labores del hogar. A partir de eso también surgen otras dudas. Si sabes hacer otras cosas, ¿por qué no las haces también?
   ¿Sabes de esos días en que te pasa algo especial? Sí, ¿de esos que te pondrías a escribir como un loco pareciendo que lo que estás tecleando es una novela de intriga que sabes que va a tener éxito y que cuanto más cuentas, parece que te falta el tiempo? ¿De esos días que te levantas con la inspiración por las nubes y las palabras surgen de una manera en que no habías sentido antes: fluidas y sin esfuerzo alguno? ¿De esos días en que parece que nada puede perturbar tu concentración y aunque estalle la 3ª guerra mundial no hay manera de que apartes los ojos del monitor? Pues bien, hoy no es uno de esos días. Maldito día.
   Estaba esperando a que el semáforo se pusiera en verde, cuando de repente oí un frenazo detrás mío, a lo cual aflojé mi pié del pedal de freno instintivamente a la par que miraba por el espejo retrovisor para ver lo que parecía inevitable. Resulta que descubro que esto pasaba un coche por detrás mío y el que acababa perjudicado era precisamente éste. Da la casualidad que algún kilómetro antes lo había adelantado y por tanto, el encontronazo podría haber sido para mí. Por suerte no ha habido heridos.    Te das cuenta de las vueltas que da la vida dependiendo de las acciones que tomamos a cada momento y que no podemos llegar a saber a que nivel le puede afectar el resto de nuestra existencia. La típica frase a esto sería: ten cuidado con las decisiones que tomas, pero para ser realistas, nadie sabe si dicha decisión le perjudicará o le beneficiará. La vida es como una lotería pero sin el como.
   Viernes por la tarde y sábado por la mañana de infierno. Problemas en el trabajo sin saber de donde vienen. Noche de nervios sin dormir cuando antes nunca me había pasado. ¿Demasiado estrés? Me voy a tener que meter a sexador de pollos a ver si me tranquilizo un poco o a otra cosa que no me ponga de los pelos de picos pardos. Por suerte está todo solucionado. Ahora sería interesante saber que produjo el problema y por qué.
   ¿Te acuerdas del J-Trance de esta semana? Pues esto está muy bien si te dejan entrar en la discoteca, eres mayor de 16 años (por lo menos aquí en España) y vas con tus coleguillas. ¿Pero qué pasa a esa nueva generación menor que sube muy fuerte pero no puede exhibir sus habilidades que podrían ser mejores incluso que el mejor bailador actual? Pues no hay problema. En la próxima boda, comunión, reunión familiar… haz que te pinchen un poco de Hardcore o Trance en la fiesta y ya verás como esta vez sí te hablarás con ese primo segundo por parte de tu tío hermano que ni siquiera te dirigías la palabra. Además, te lo pasarás genial.
   Todo el mundo sabe que los hombres no somos muy sensibles, que se diga. En cuestión de cama somos los primeros que acabamos. Como si nos faltara tiempo. No nos acordamos de las fechas señaladas como cumpleaños, aniversarios y otras chorradas que les parecen tan importantes a las mujeres. Nos prima más la simplicidad al romanticismo del tipo aquí te pillo y aquí te mato. Nos aburre tanto preparativo y el que las frases de más de dos palabras tengan más de un significado. Somos más prácticos que soñadores.    Por cierto, ¿te acuerdas de este anuncio?
   Pues ahora ha salido otro que está mucho mejor, que aunque no son los mismos protagonistas (bueno, el tío creo que sí), la situación es similar pero un poco más divertida.