Dame argo, payo

Haciendo trasbordo del Metro a los Ferrocarriles Catalanes y muy cerca de un Dunkin’ Donuts, me he cruzado con un personaje que iba con un paquete de pañuelos de papel en su mano derecha y la izquierda la tenía puesta palma arriba pidiendo dinero. Lo curioso de este hombre es que me ha pedido limosna y harto de pedigüeños le he dicho que no, pero me ha comentado que también aceptaba un café. Como estaba ofuscado en decir que no he tardado en reaccionar, pero me ha saltado esa lucecilla que te dice algo así como «¡no solo está pidiendo dinero, sino que también comida!» (fíjatetúoye).

No sé si te ha pasado a ti, pero no es la primera vez que vienen a casa pidiendo dinero, les dices que solo tienes algo de comer, te lo aceptan y cuando se van te lo dejan en el portal. Lo que nunca he entendido es que si tienes la cara de pedir dinero, ¿por qué aceptas comida? Dices que no y ya está. Si total, no te vas a ver más en la vida. Pero bueno, por lo menos no te lo destrozan en la calle o algo peor.

Pues a lo que decía, iba yo ofuscado con mi negativa y me doy cuenta que aceptaba que le invitasen a desayunar. He dado media vuelta y lo he invitado a un café y a un Donuts relleno de chocolate (todo lo ha elegido él). El hombre, agradecido, me decía que a él no le importaba pedir que lo invitaran a comer, que sí, que dinero también pedía, pero que era para poder comer. Me contaba que la gente se pensaba que les robaría o algo peor y que le sabía mal que se pensaran que todos los que están en su misma situación de miseria eran unos vagos o unos delincuentes.

No es que yo sea de aquellos que siempre están donando a personas menos favorecidas (bueno, el cupón del sorteo de la cruz roja sí lo compro, pero por si me toca el oro), pero me ha hecho mucha gracia el que me pidiera de comer y por eso he aceptado pagarle el desayuno. Ojalá no fuéramos con tan mala leche por el mundo.

Foto: Charman82

9 comentarios en “Dame argo, payo”

  1. Hola;
    Yo creo que siempre tenemos que recordar que detras de cada persona hay una historia, incluso si son delicuentes, y no hay que decir que no porque simplemente estemos metidos en nuestra rutina y nuestras cosas. Tenemos que aprender a frenar y levantar la cabeza del suelo, ayudar a las personas. No se… tambien es cierto que te encuentras con gente que como tu dices te deja la comida en el portal, o incluso otros te contestan mal, pero hay que saber no juzgar a nadie y dar oportunidades siempre.

  2. Tengo 44 tacos. La primera vez que me pidió dinero una persona fue llamando a mi puerta hacia abril de 1980. Yo pensé: ¿Esto es el futuro, pues estamos bien? Se me cayó la cara de vergüenza pues soy muy tímido. Durante una década pedían casa por casa una media de dos mendigos, toxicómanos, cada semana y cada año. En los noventa veía a dos mendigos abordando a los viandantes por el centro de la ciudad cada dos días a la semana. En un día me abordaron ocho mendigos. Desde hace quince años es raro el año que me libre de los pesados del aguinaldo, y este año he donado varios euros a tres ONG. Y me viene un tipo, con identificativo incluido de Acnur pidiendo una contribución de unos noventa euros a las diez de la noche. Llevo veinte años acostándome a las diez y levantándome antes de las seis. Me han rebajado el sueldo y tengo tan mala suerte que en los últimos quince años habré perdido unos 9.000 euros en chapuzas. No me han fallado marcas y trabajadores que saben tirar de factura más IVA. Después de todo he aprendido a decir no.

  3. Y eso que tiene que ver con "darme algo payo…?" Bueno a lo que iba… la mujer que quemaron viva en un cajero automatico unos cuantos niños pijos de Barcelona, me invito a mi a un cafe con leche unos dias antes de su tragico final. Muchas mañanas estaba en la estacion de Provença de los catalanes, y muchas veces me pedia un cigarro y yo se daba… un dia estaba dentro del bar donde yo solia tomar mi cafe con leche antes de entrar a trabajar, y ella a veces tambien estaba tomando alguno, supongo si ese dia alguien le había dado algun euro…no se. Total que a la hora de pagar mi cafe yo, me dijo el camarero que aquella señora, me habia ya pagado mi cafe con leche… le di las gracias sin mas, y ella casi con verguenza y sin mirarme me dijo que de nada… En el bar siempre me lo recordaban…

  4. Así me gusta, hacer de cuando en cuando de buen samaritano es verdad que no arregla los problemas pero sí que por un rato o por un día dos personas que no se conocen de nada y que probablemente jamás hubiesen tenido nada en absoluto que ver comparten café, donut, conversación, empatía y altruismo, cosas que hoy en día brillan por su ausencia… Bravo primo!!! 😆

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