93,2; 93,3; 93,6 y finalmente 92,5 kg

   Uf, pues vaya variación, ¿no? He subido y luego he bajado otra vez. Y en cambio los pantalones me siguen apretando… Esto de mantener la línea es muy complicado. Lo importante es no volverse majara y hacer el régimen como la dietista me ha enseñado. Hoy toca espinacas con huevo revuelto. Voy a estar c*gando verde cuatro días.
   Bueno, y hablando de otro tema… A ver si mañana me paso por la Policía Municipal a dar de baja el Golfito que el pobre ya está muy viejo (que por cierto, si lo quiere alguien por lo que me dé…) Aquí en Sabadell me piden que pague 50 € por recogerme el coche. Y en Terrassa sólo me piden los papeles y ellos se encargan de todo. Va bien tener amigos, porque esto me lo dijo uno. En caso contrario seguro que hubiera o hubiese pagado los 50 € y encima habría dado las gracias. Además, el coche está en Terrassa. Pues qué mejor que lo vaya a buscar la Poli de allí, ¿no?
   Ahora voy a ver si caliento las espinacas y me las zampo
   Por cierto, abajo a la derecha podéis ver las nuevas viñetas de Lilo & Nano. Son realmente divertidos…

1 comentario en “93,2; 93,3; 93,6 y finalmente 92,5 kg”

  1. La manida frase "La dieta es la esclavitud del siglo XXI" es muy recurrente en estos casos.

    Aunque la frase que a m� m�s me apetece decir es "Me cago en los c�nones de belleza!".

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