peso

No pierdo peso

Bienvenido al 15º podcast de El bocadillo de Tortilla.

Medio mundo muriéndose de hambre y yo aquí quejándome de que no pierdo peso. Son problemas del primer mundo que los sufrimos como si se acabara el mismo.

Aparte de lo obvio, no hay manera. No hay manera de perder peso. No sé si es de la edad o que cada vez aprovecho más lo que como. O eso o es que como demasiado. Pero claro, cuando eres un obseso por el pan y a la mínima te lo comes incluso sin nada, creo que ya sé por dónde vienen la mayoría de mis calorías. Esas que no hay manera de quemar por mucho deporte que haga.

Te darás cuenta que hay cosas muy evidentes, pero a pesar de que puedas pensar «¿pero no se da cuenta de que así no?», me ha servido para reflexionar y saber realmente el por qué de mi queja. Otra cosa será que ponga remedio, pero está claro que mi caso es más psicológico que otra cosa.

Y con esto me despido hasta el próximo episodio, no sin antes recordarte que puedes encontrarme como El bocadillo de Tortilla Podcast en:

Y nada más. Por si no nos vemos, buenos días, buenas tardes y buenas noches

No pierdo peso Leer más »

Un segundo en la boca

…y recordad chicas: un segundo en la boca y toda la vida en las cartucheras…

Regina do Santos

Ya lo decía Regina do Santos. Las Navidades te pasarán factura en el sitio donde menos te guste. Y es que no se puede tener todo. Que si un polvorón, que si ahora una comilona, que si por este trocito de turrón no me va a pasar nada, que si una copa de cava por aquí, que si ese cocido tiene una pinta fantástica, que ya estoy lleno pero bueno ponme un poco más que parece que me coje, que si ahora no voy a dejar este rincón por no tirarlo…

¿Y quién se resiste a los deliciosos manjares y viandas que nos zampamos por estas fechas? Suerte que para el verano faltan algo más de 6 meses, que sino ya veo a gente hacerse unas acelgas con aceite renunciando a una buena escudella.

Pero ya se sabe que no se puede tener todo y los centros deportivos se están frotando las manos esperando que todas aquellas en mayor medida y todos aquellos en menor medida (normalmente) pasen por sus cajas a pagar por trabajar su cuerpo en esa máquina revolucionaria que te permite gastar 300 kilocalorías/hora. Que es curioso: normalmente pagamos porque nos hagan algo o nos den algo hecho, pero aquí te lo tienes que currar y sudar tú. Y eso no te garantiza que llegues a perder peso.

Otros que también se aprovechan de los daños colaterales de estas fiestas son los centros de dietética, que pagas para que te maten de hambre y te tomas potingues de unas hiervas que no has oído hablar en tu vida, pero que la dietista te dice que eso te ayuda a drenar. Joder, eso de drenar lo sabía por aquello de hacer zanjas con una escabadora, pero ahora me entero que también se puede hacer con mi cuerpo. Total, que te lo tomas y sabe como a sapos podridos. No es que sepas a qué saben los sapos podridos, pero seguro que deben saber a algo muy parecido a eso.

Pero bueno, con fuerza de voluntad y tesón igual para el verano llegas a perder un par de kilos de los 12 que has ganado. Porque, como ya sabes, el cuerpo siempre recuerda el máximo peso ganado y si pierdes algún gramo intentará recuperarlo por todos los medios posibles.

Foto: dotbenjamin

Un segundo en la boca Leer más »