Dicen que es preferible salir de dudas antes que morir con el qué hubiera pasado si… Sí, es posible que sea cierto, pero algunas veces esas dudas no las puedes o no te atreves despejar. Reconozco que hay que ser valiente para enfrentarse a algo que tiene posibilidades de fracasar, pero igual tiene las mismas de salir bien parado. También hay que tener en cuenta las consecuencias de nuestros actos y muchas veces no las tenemos en cuenta, pero claro, el qué hubiera pasado si… seguirá estando vigente. Repito, hay que ser muy valiente para dar el paso.
También es cierto que sin riesgo no hay recompensa (o el que no arriesga no gana) pero, ¿merece la pena la recompensa que supuestamente se va a conseguir? Todo es muy relativo y depende de lo dispuestos que estemos a perder lo inevitable. Porque también es cierto que se van a perder cosas por el camino y es algo que hay que asumir. No se puede tener todo en esta vida y posiblemente sí que merezca pasar el mal trago para después estar en una situación mejor.
Lo que no se puede evitar es asumir nuestra responsabilidad y ser consecuentes con nuestras acciones. Si no eres capaz de cumplirlo, mejor no arriesgar ya que te acabarías destruyendo todo lo que te rodea incluido tú. Y créeme, seguramente no podrías vivir con ello.
Todo tiene su parte buena y su parte mala. ¿Cuánto estarías dispuesto a jugarte por algo supuestamente mejor?
Lo malo de todo esto es que si por un casual te la juegas y ganas, posiblemente al cabo del tiempo te preguntarás si realmente merecía la pena. De cualquier manera dudo que si has ido a por ello sea para peor… Juégatela.
Foto: Joe Thorn