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Hoy no es viernes, pero como si lo fuera. Así que el chumbachumba ha de ser moderadito ya que hoy no se puede comer carne y para que no hayan tentaciones lo mejor es no enseñar.
Nama (Namibia)
Hoy no es viernes, pero como si lo fuera. Así que el chumbachumba ha de ser moderadito ya que hoy no se puede comer carne y para que no hayan tentaciones lo mejor es no enseñar.
Nama (Namibia)
Esto es lo que pasa cuando vienes bebido a casa y aun así lo niegas rotundamente. Pero ten en cuenta que se nota. Igual tú no lo notas pero el resto de gente sí. Para muestra un botón.
Parece mentira. Cuanto más duermo, más sueño tengo. Cuando me acuesto a las doce de la noche parece que me levanto más despejado que cuando me acuesto a las 11. ¿Será por aquello de que no completo un ciclo de sueño? No sé, la cosa es que no sé que hacer. Joer, como me repito hoy.
Mientras tanto, voy a ver si puedo pegar una cabezadilla. Esta música ya te invita a ello.
Ruso (Rusia)
Hace un par de semanas, cuando estrenaron 300, fui al cine a verla y me encantó. Pero hay una escena en que se salía fuera de tono.
La película, para los que no la han visto, es seria, basada en un comic y exagera en todos los sentidos (sangre, gestos, fotografía, ángulos…). Vamos, como ha de ser si se hace una adaptación.
Este fragmento se refiere a cuando Jerjes intenta convencer al rey de los Espartanos (Leónidas) para que se una a él y básicamente conquistar el mundo a su lado.
Pues bien, he estado buscando esta escena hasta que por fin la he encontrado. Y no fue una sensación sólo mía, sino del resto del cine que nos pilló por sorpresa y nos tronchamos de risa. ¿Quizás una exageración exagerada del actor? No sé tú, pero a mi este Jerjes me parece un poco mariconazo dejando de lado que ya, a simple vista, parezca una drag queen.
Visto en: Extracine
Es lo que tiene cuando le haces los cuernos a tu marido. Que luego tienes que esconderlo todo. Lo malo es que a tu marido también le guste lo mismo que a ti.
Ahí fuera llueve. Hace un poco más de fresco, pero se está bien. Me encantan estos días grises. Esto me recuerda un viaje que hice en mi niñez a Suiza un verano de visita a mi tía. Recuerdo esos días grises donde no llovía mucho pero tampoco paraba. Esa agua fina que deja verde los prados todo el año. Esas casas llenas de cosas donde al hablar no existe el eco y tus ondas no llegan más allá de la habitación de al lado. Sé que a mis padres no les hizo mucha gracia aquel tiempo, pero yo disfruté como un bellaco.
Paluano (Palau)