Otra más de informáticos

   Después de escribir sobre el tema de las desventuras de los informáticos y el famoso documento Pringao-HOWTO y además de hacer una segunda parte, hoy toca una tercera del año 2005 escrito por un tal Topopardo, donde se explica la metáfora del arquitecto. Espero que lo disfrutes como lo he hecho yo.

   Os voy a proponer una situación muy sencilla. Se trata de una conversación entre un arquitecto y un amigo suyo, quien le pide ayuda porque quiere comprarse una casa. A muchos os sonará la metáfora.

RING RING (Suena el teléfono)
– Hola, José, qué tal.
– Hombreeee, Antonio. Cómo estamos.
– Pues mira, te llamo porque quiero comprarme una casa, y como tú eres arquitecto, pues a ver si me puedes aconsejar.
– Bueno… a ver. Si quieres quedamos un día y damos una vuelta por unas cuantas inmobiliarias, a ver cómo está el panorama.
– Cojonudo, tío, ¡luego te invito a una birra eh!
– Vale, pues mañana por la tarde libro, quedamos a las cinco?
– Perfecto, perfecto. Hasta mañana, ¡gracias!
– Veenga, hasta mañana.

(AL DÍA SIGUIENTE)

– Bueno, ya hemos visto cuatro o cinco fincas. ¿Qué te parecen?
– No sé, ¿tú qué crees? Como eres el entendido…
– Pues yo de ti me compraba esa casa de cemento, bien situada en la ciudad y que parece acogedora.
– ¿De cemento? ¡Pero si yo quiero una casa de papel!
– ¿Pero para qué coño quieres una casa de papel?
– Joder, es lo que tiene todo el mundo, ¿no?
– ¡Pero si son una basura! ¿No me dijiste que precisamente Mariano había perdido la suya durante el último temporal? ¿Que salió volando con todo lo que tenía dentro?
– Es que las casas de cemento son sólo para arquitectos.
– ¿Eso no te hace pensar que quizá sean mejores?
– Pero no puedo poner biombos en una casa de cemento, tendría que levantar paredes o tirar muros cuando quiera hacer reformas
– Efectivamente, y eso repercutirá en que tu casa será más segura. ¿No viste que a Luis le entraron hace poco? Se compró una puerta de conglomerado, y un ladrón se la tiró al suelo de una patada.
– Mira, dirás lo que quieras, pero yo no me voy a meter en follones. Compraré la casa de papel.
– ¿Ni aun a igualdad de precio?
– No.
– ¿Entonces para qué quieres mi consejo?
– Nada hombre, te lo agradezco mucho, pero me quedo con la de papel
– En fin…

(AL CABO DE UNA SEMANA)

RIIING
– Hola, ¿José?
– Hombre, Antonio, qué tal con tu casa nueva.
– Pues de eso te quería hablar. Resulta que quiero poner un par de biombos para separar habitaciones, y te llamaba para ver si me los podrías colocar tú.
– ¿Yo? ¿Por qué no llamas al carpintero? ¿No te hicieron un presupuesto global? Puedes decirles que te los coloquen por el mismo precio.
– Ya, pero es que me fío más de ti.
(Claro, como el día que fuimos a mirar casas)
– Bueeeeno, vale, me pasaré por allí el sábado.
– ¿Puedes traerte biombos de casa?
– ¿Cómorrr?
– Sí, es que como son muy caros pues tú que tienes contactos a ver si puedes robar un par y traérmelos para mí.
– ¿No te estás pasando?
– Venga joder, que a ti no te cuesta nada. Si no le digo a mi vecino que me dé un par, que conoce a un tío que se encarga de pillarlos y le salen tirados de precio.
– Tú mismo.

(SÁBADO)

– Joder, suerte que vienes, José
– ¿Qué pasa?
– Se me ha derrumbado una pared. Es que ayer llovió bastante, se deshizo el papel y me he quedado sin pared.
– ¿Te extraña?
– Venga, a ver si me lo puedes arreglar.
– (pfffff…) Veré lo que puedo hacer.
– Muchas gracias eh, luego te invito a una birra.

(LUNES)

RIIING
(Es Antonio… ¿le cojo el teléfono?)
– José, José.
– Quéeeee
– Pues que ayer por la noche mientras estaba en el bar, entró un chorizo en casa y me ha birlado la tele
– ¿Y eso?
– Pues que los biombos que me pasó mi vecino eran robados, y por lo visto alguien tenía una copia de la cerradura.
– Normal.
– ¿Puedes venir a arreglármelo?
– NO.
– Joder tío no seas borde.
– SÍ.
– ¿Pero no eres arquitecto? Es que yo no entiendo de esto…
– Ya vi cómo te dejaste aconsejar cuando compraste la casa.
– Pero es que yo la quería de papel.
– Entonces asume las consecuencias.
– Hostia, ¿no me puedes hacer el favor?
– NO. Si quieres te doy el teléfono de una inmobiliaria que se dedica cambiar casas de papel por casas de cemento. Necesitarás hacer alguna reforma, pero como mínimo no te entrarán a robar cada dos por tres ni tendrás que contratar vigilancia privada, ni se derrumbará el techo cuando llueva. Tú mismo.
– Vale, vale, ya lo capto. Llamaré a Felipe para que me venga a arreglar el biombo. Muchas gracias por nada, ¿eh?
– ….

Conclusiones

A dónde quiero llegar: si queréis que un informático os arregle el ordenador, tendréis que tener un mínimo de respeto y no poner las cosas mas difíciles. Si os dice que Linux es mejor que Windows y que no tiene virus, se cuelga menos y tiene programas gratuitos geniales, hacedle caso. Si os dice que uséis Firefox para navegar, porque Internet Explorer es una fuente de virus y desgracias, no es por tocaros los cojones sino por haceros un favor.
¿Verdad que si fuerais un arquitecto y os encontrárais en esta situación, sería estúpido que la persona a la que ayudáis os lleve la contraria e ignore vuestros consejos? ¿Pero por qué si cambiamos «arquitecto» por «informático», «casa de papel» y «casa de cemento» por «Windows» y «Linux» a todo el mundo le parece de lo más normal? ¿Tan poca credibilidad tenemos los informáticos?
Si Linux es más difícil de usar que Windows -de hecho, simplemente es acostumbrarse al cambio- pues SE APRENDE. ¿No vas a la autoescuela cuando quieres conducir un coche? Podrías ir a pie, pero es más cómodo el coche. Cuando te sacas el carné, estás gastando tu tiempo en aprender, para obtener un beneficio posterior. ¿Por qué entonces la gente se niega a aprender a usar Linux?. Si os quisiera tocar los cojones simplemente pasaría de ayudaros. En lugar de eso, lo que hago es dar consejos que pasan a ser ignorados automáticamente.

Visto en: SoftwareLibre.net

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2 comentarios en “Otra más de informáticos”

  1. Jajajajaj, a mí me pasa eso con el «asesoramiento a empresas».
    Todo el mundo tiene ideas cojonudas sobre algo que no está inventado… y un huevo!!! Tú te pones en plan paternalista diciéndo: míralo todo bien, que si esto que si aquello… y al final: Gracias por nada!!!

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