La rutina

   Algunas veces te puedes llegar a plantear el por qué de los sacrificios que llegas a realizar. Y no me refiero a esos sacrificios reales, sino los sacrificios más bien banales, aquellos que te van machacando día tras día. Si bien no tienen demasiada importancia, de vez en cuando sí empiezan a notarse cuando se repiten día tras día. Algo tan simple como el levantarse la mayor parte de la semana a una hora intempestiva, hace que vayas acumulando algo que luego tiene que reventar por algún sitio.
   Supongo que para superar situaciones así lo mejor es tener algún tipo de motivación que te ayude a seguir y dejar un poco de lado el sufrimiento que te produce la acumulación de pequeñas cosas del día a día. Por supuesto que no es nada fácil (ni encontrar la motivación ni olvidar lo que te está pasando), pero si buscas seguro que encuentras. Pueden ser cosas tan simples como el chico ese que ves cada mañana en el autobús, los compañeros (o el compañero) de trabajo, ver amanecer, respirar aire puro si sales fuera de la ciudad, la panadera que te sirve la pasta y el café, los buenos días sinceros de un amigo… Cada uno se puede buscar la motivación del día.
   La lástima es que no siempre es fácil y te llegas a desanimar. Por tanto y por tu salud, te recomiendo que por lo menos lo intentes o sino conseguirás amargarte lo que te queda de vida y créeme, puede hacerse muy larga en esas circunstancias.

9 comentarios en “La rutina”

  1. @Marco: Me lo imaginé 😀
    @todos: Si te abandonas a la rutina sin motivación llegarás a un punto que te amargarás y amargarás a los demás. Igual no lo estás buscando bien… 😉

  2. Si, yo estoy en uno de esos momentos en los que te preguntas si vale penar por tanto esfuerzo y te deprimes, sigo haciendo todo pero sin ganas, espero que mejore… el tema es cuando la rutina te aliena hasta el punto en el que seguirla es un fin en si mismo…

  3. ¡¡Hola Marco!!
    Me alegro de leerte por aquí, aunque todavía no sé como me has localizado. Seguramente por alguna pista que he ido dejando por ahí.
    Pues nada, a ver si te pasas de vez en cuando, yo haré lo mismo por el tuyo.
    Un abrazo. 🙂

  4. Hola Angel!!!
    La verdad y lo que utilizo normalmente es pensar que el trabajo no es todo, simplemente es un tiempo el cual pasar.
    Cuando vuelvo a casa intento y últimamente consigo olvidar todo lo referente al trabajo, de esta manera parece que el trabajo no sea el centro de mi vida.
    Por suerte hace tiempo que trabajo en un trabajo que me gusta, unos días mas otros días menos.

  5. Pozí: no me pego un madrugón muy bestia (me suelo levantar a las 6:45) pero procuro buscarle un sentido a la vida laboral cada mañana, mientras voy de camino al curro. La mayoría de las veces pienso en lo impresionantemente cojonudo que debe de ser ir a trabajar en algo que te apasiona. No es la mejor manera de alegrarme el día, precisamente… pero a mí me motiva. Yavestú.

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