La hora del bocadillo. Pero no el de Tortilla, el mío. Así que me voy a dedicar a uno de los momentos más importantes de mi vida diaria. Que cuando el hambre aprieta y el estómago está vacío, la mente no entiende de régimen ni chorradas de esas. Así que, musiquita y al tajo.
Lakota (EEUU)