Esto no se ve en ningún canal de documentales, vamos ni en el Félix Rodríguez de la Fuente ese. Es que ni queriendo pasa todo esto. Son ocho minutos y medio pero merece la pena tragárselo. Es la ley de la selva donde el más fuerte (ya sea individual o en grupo) sobrevive.
   Los vascos lo tienen muy fácil para construir su propio jardincito. Y sino que se lo digan al de Bricomanía que lo tiene todo muy claro. Es más, si tú quieres hacerlo también, en cuatro sencillos pasos puedes tener tu jardín en un abrir y cerrar de ojos. Toma nota.
Y sobretodo si son gigantes. Así que si la ves por la calle no la chafes no sea que sea peor el remedio que la enfermedad. No digas que luego no te lo advertí con tiempo.
   Algunas veces te olvidas de las cosas de tal manera que no sabes donde te has dejado la cabeza. A mi me pasa de vez en cuando, pero no llego a estos extremos. Igual es que exageran un poco, ¿no? Hoy toca un recuerda con un par de anuncios.
   Mira que he recibido correos hablando de lo mismo: la añoranza de nuestra infancia. De como eran antes las cosas donde no se necesitaba un abogado para arreglar un malentendido entre niños. De como toda herida se arreglaba con un poco de Mercromina (o Micromina como la llamaba yo) y que para que no picara tanto se soplaba. O cuando se hacían batallas a pedradas limpias y que más de uno llegaba a casa con la cabeza abierta. Que tiempos aquellos.    Pues ahora Coca-Cola se ha adueñado de la idea y la ha plasmado en la pantalla para el disfrute de todos aquellos (y de nosotros, claro) que no tienen acceso a este medio.