Adiós, DSC-V1

   Hoy es un día triste. Ayer fui a unos cines de Cerdanyola y misteriosamente mi cámara de fotos desapareció en un suspiro. No sé si se me cayó, me la quitaron… la cuestión es que salí del cine y me di cuenta que no llevaba mi Sony. No había pasado ni un año con ella. Prácticamente no había hecho ni 500 fotos. No es por los 380 € que me costó (aunque es motivo suficiente). Es por la rabia e impotencia que sientes. Ayer tenía la sensación que era algo surrealista, pero no lo fue. Me hubiera gustado pulsar un botón en mi vida (REW) y volver un par de horas antes.
   Es lo que toca. Pasé buenos momentos con ella. Me hizo unas fotos muy buenas… Resignación. Podríamos decir que esa cámara no estaba hecha para mí. La vida sigue. Espero que por lo menos las manos que la utilicen la sepan valorar y le hagan un buen uso.
   Adiós DSC-V1.