Mí­rame a la cara

Las chicas se quejan de que siempre las miramos cuello abajo y pocas veces a los ojos. Bueno, tienen razón, pero eso es solo con las que se lo merecen. Así que tampoco hay que decir que sea con todas. Aunque pensándolo bien, sí es cierto que hacemos un escaneo general en un primer contacto visual que determina si merece la pena jugarse una hostia de la observada por ser demasiado descarados. Pero es que ya se sabe: la cabra tira al monte y es lo que hemos mamado durante generaciones.

Pero ¿qué pasaría si nosotros enseñáramos más de la cuenta. Estoy seguro que a ellas también se les iría la mirada. Así que, antes de juzgar, mírate el ombligo… si puedes. 😉

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