La semana negra
Siempre que calificamos algo con el adjetivo de negro nos referimos a algo sucio, oscuro, maligno, clandestino, ilegal… y así hasta el infinito y más allá. Pero esta vez la semana negra no es algo malo del todo. Un par de acontecimientos lo ha cambiado: Lewis Hamilton y Barack Obama.
Del primero ha sido odiado por muchos y aclamado por otros tantos. Tiene el caracter de, digamos, los grandes campeones. No es especialmente modesto ni nada de eso, pero es que parece que si no eres así en el mundo competitivo en el que están, no llegas a nada. Y menos mal que este fin de semana ha ganado el campeonato de la Fórmula 1, que sino le da un soponcio y se convierte en el hazme reir de la temporada. Pero bueno, el chavalillo ya tiene su campeonato, su padre ya puede descansar tranquilo y volver a romper otro Porsche Carrera GT u otro más caro ya que lo que se va a engordar su cuenta bancaria no lo ganas ni con el bote del Euromillón ese.
Del segundo es la esperanza mundial. Sí, no parece que vaya a ser líder de un país, sino del mundo entero. Por lo menos es lo que muestran los medios de comunicación españoles. No sé si es por meter una cortina de humo con el tema de la crisis o qué, la cuestión que tenemos al Obama este y al de las patatas fritas McCain hasta en la sopa. Especiales informativos, segundas ediciones, debates acalorados… vamos, que se ha montado un circo de esos que tanto nos gusta. Y sí ha ganado este hombre de color (dicen que así es más correcto aunque para mí entonces todos somos de colores), pero es que superar a George dobleuve Bush no hay que sudar mucho. Hasta el de las patatas seguramente lo haría mejor, pero la verdad es que se ve un poco carca (aunque la que iba a ser su vicepresidenta Sarah Palin tenía su morbillo en plan mature).
Así que en estos últimos días hemos aprendido que por ser negros no necesariamente han de ser malos. Y hasta pueden llegar a ser buenos. Igual Hamilton se convierte al humildismo, comete menos errores infantiles en la pista y Obama hasta arregla un par de cosas tipo guerras y demás basuras que ha dejado el bueno de Bush. Oye, la esperanza es lo último que se pierde. O eso dicen.
Por cierto y antes de que me demanden por el robo de la propiedad intelectual, la foto es de El Pito Doble. Es buena, ¿eh?