Mala calidad
Recuerdo que no hace muchos años, cuando las cámaras de fotos no eran digitales ni existían los móviles, era difícil hacer fotos o vídeos de mala calidad. Y me refiero a todo aquello no profesional. Siempre te podían salir imágenes borrosas, movidas, con medio dedo en todo el centro de la foto, podías cortar cabezas, descentrar sujetos… pero se veían perfectamente (para bien o para mal). Vale, admito que no el 100% salían bien, pero cuando ibas a revelarlas el fotógrafo te ajustaba unos pocos parámetros y desechaba aquellas que no estaban nada bien.
Con la era digital creo que nos conformamos con poco. El otro día vino un vecino de mi padre a enseñarnos un libro que había hecho con las fotos de una fiesta nocturna. Reconozco que hizo un gran esfuerzo realizando dicho libro y en general le quedó bastante bien, pero la calidad de las mismas era bastante mala a pesar del tipo de papel glossy o brillante. Incluso se notaba que algunas de las personas retratadas salieron con los ojos rojos y lo había corregido con una herramienta que dejaba un cuadrado difuso y gris en el contorno de los párpados. No sé si era por la máquina que imprimió el libro o por la baja calidad lo que hacía que se viese esos puntitos de color que demuestran que no se ha hecho con una gran resolución (o bien se ha hecho con una sensibilidad ISO muy, muy alta).
En casa tengo una foto enmarcada, que si bien no quita el mérito ni el valor sentimental de ésta, la imagen está hecha con un móvil e impresa con una calidad relativa. De hecho no sé si durará mucho ya que el paso del tiempo es más cruel con ese tipo de imágenes. Es más, tengo amigos y familia que se conforma con estas mínimas resoluciones y no le importa que estén tan mal.
Lo que te das cuenta es que para tener una calidad similar a la de antaño, necesitas gastarte muchísimo más que lo que tendrías que hacer por allá en los años 80. Una cámara de fotos decente (sin contar el objetivo) que baje de 400 € puede que no sea la mejor opción, así como una videocámara que no sea HD o que no grabe en MPEG-2 (lo típico de las videocámaras con disco duro actuales), has de gastarte sobre 500-600 €. Todo ello sin hablar profesionalmente.
Cada vez parece que tengas que saber más temas técnicos porque los fabricantes te marean con megapíxeles, sensibilidades, aperturas de diafragma, megahercios, megabytes (o megaoctetos) y demás palabros que tan rimbombantemente utilizan en la publicidad. Supongo que eso hastía hasta el más pintado y al final acaba comprándose lo que parece que es bueno y no lo que realmente es.