Ina kwana

   15 de diciembre y ya sólo faltan 16 días para que acabe este año que no se sabe como terminará. Empresas que cierran, otras que cambian su actividad, otras que te despiden… Para gustos, los colores. Si bien es cierto que nos tienen a la mayoría con el miedo metido en el cuerpo (hipotecas, préstamos, caprichos), hay que ser valientes y seguir adelante. No te metas en una trampa que luego no puedas salir.
   Luego están los mensajes esos de si envías esto a 500 personas te será concedido un deseo. Hace tiempo ya disfruté con una carta en cadena de forma analógica. Vamos, por correo ordinario. Cuando yo todavía no sabía que esto de Internet existía. Venía con una peseta pegada a la hoja con celo e indicaba que si no hacías 15 fotocopias (creo que era ese número como mínimo), pegabas una peseta en cada una de ellas y lo enviabas a 15 personas distintas, te ocurrirían las mayores desgracias (venía con una lista de ellas como ejemplo). Por el contrario, si lo enviabas la bonanza vendría a tu casa y te colmaría de felicidad. No hay que decir que en un primer momento no se enviaron dichas cartas y dio la casualidad que pasaron un par o tres de cosas un poco desagradables. Por supuesto mi madre se empeñó a que me dedicase a enviarlas ya que creía que nuestra mala suerte era debida por no haber realizado las acciones que la maldita carta nos ordenaba. Yo supongo que el objetivo real era que una persona o grupo de personas querían hacerse ricas a base de pesetas.
   Si recibís un correo convencional o electrónico de esa índole, tenéis dos opciones: seguir el juego y que algún ingenuo se lo crea y siga creciendo la bola de nieve o pararlo y evitar la pérdida de tiempo para mucha gente y ancho de banda que mucha falta nos hace a todos.

 

Hausa (Oeste de África)