Sabaa khair olsun
Hoy ya se sabe. Poco que discutir y más que ver. Sobretodo ver. Putrum-putrum.
Sí, lo sé, la música no vale mucho, pero ¿quién ha dicho nada de la música?
Gagauzo (Sureste de Moldovia)
Música para el deleite.
Hoy ya se sabe. Poco que discutir y más que ver. Sobretodo ver. Putrum-putrum.
Sí, lo sé, la música no vale mucho, pero ¿quién ha dicho nada de la música?
Gagauzo (Sureste de Moldovia)
Con lo bien que se está cuando se está bien. No sé que he hecho, pero hoy me ha peago un latigazo a la altura de la paletilla (omoplato para los más tiquismiquis), que ahora casi no puedo ni respirar (es una exageración, obviamente). Y anda que no molesta. A ver si con esto me animo y se me pasan los dolores musculares o me tendré que tomar un ácido acetilsalicílico o similar.
Baskir (Rusia)
¿Hoy qué es? Vierrrrrrrrrnessss. ¿Y qué pasa los viernes? El tiempo. ¿Y aparte de eso? Pues que falta menos para el lunes. Ya, pero ¿qué es lo que pasa aquí, en el bocadillo? Pues… ¿putrum, putrum? Pues eso. Tranquilo, no dura mucho.
Kiga (Ãfrica)
Me gustaría escribir como algunas amigas o conocidas que tengo, pero he de reconocer que no soy capaz. Yo no nací para la escritura. Recuerdo cuando en E.G.B. (estaría en 7º u 8º) estábamos en la clase de Lenguaje y el profesor nos hizo leer un texto en el que luego teníamos que responder a preguntas suyas. Pero el fragmento que más me llamó la atención fue uno que decía así: «¡Como lloran las carretas camino de Pueblo nuevo!«. Es una poesía (¿o una cación?) de Juan Ramón Jiménez.
Yo me imaginaba a a las carretas llorar con unos lagrimones de aquí te espero. Pero, como siempre, me equivocaba. Resulta que es una forma que tiene el autor de describir los crujidos de dichas carretas y concretamente las ruedas (…) La verdad, yo me quedé con dos palmos de narices. Hay más, pero tengo la suficiente vergüenza para no seguir. Desde entonces leo los textos de otra manera. Ahora creo que los autores normalmente utilizan mucho el sentido figurado que me fastidia mucho. Quizás por el trauma que me generó la lectura en su día. ¡Con lo fácil que sería escribir de forma llana! Pero claro, no tendría el mismo sentido artístico.
Allá vienen las carretas…
lo han dicho el pinar y el viento,
lo ha dicho la luna de oro,
lo han dicho el humo y el eco…
–
Son las carretas que pasan
estas tardes, al sol puesto,
las carretas que se llevan
del monte los troncos muertos…
–
¡Cómo lloran las carretas
camino de Pueblo Nuevo!
–
Los bueyes vienen soñando,
a la luz de los luceros,
con el establo caliente
que huele a madre y a heno.
–
Y detrás de las carretas,
caminan los carreteros,
con la aijada sobre el hombro
y los ojos en el cielo.
–
¡Cómo lloran las carretas
camino de Pueblo Nuevo!
–
En la paz del campo, van
dejando los troncos muertos
un olor fresco y honrado
a corazón descubierto.
–
Y viene el Ãngelus desde
la torre del pueblo viejo,
sobre los campos arados
que huelen a cementerio.
–
¡Cómo lloran las carretas
camino de Pueblo Nuevo!
–
Cuando pasan las carretas
por la puerta de mi huerto,
rezo por los pobres troncos
un humilde Padre Nuestro;
–
y sueño con una lluvia
de rosas para los viejos
que den amor a los nidos
estas tardes del invierno…
–
¡Cómo lloran las carretas
camino de Pueblo Nuevo!
Juan Ramón Jiménez
«La tristeza del campo», VIII. «Pastorales»
Lituano (Lituania)
Hoy tendría que ser el día del silencio. Que no se diga nada. Si te quieres comunicar con alguien podrías utilizar una mirada, una caricia o lo que fuese, pero ni una palabra. Un día de descanso para nuestros oídos. Una sensación parecida cuando vas a un lugar remoto en el bosque y no oyes nada. Es ese el día que busco yo.
Griego (Grecia, Chipre)