No puede ser. No me lo creo. He estado repasando toda mi bitácora y no he encontrado este vídeo. Juraría que lo había puesto. De hecho reconozco que me emocionó en su día y aún hoy lo sigue haciendo. Pero bueno, como dicen que errar es de sabios, pues debo ser muy sabio yo.
Ahora sí, he aquí una forma de reivindicar el cariño que nos negamos día a día.
A un tal Juan Mann un día su vida sentimental se torció hasta que en una fiesta una desconocida le dio un abrazo y eso le hizo sentir mejor. Por tanto se decidió a repartir abrazos gratis a todo aquel que quisiera y se puso en un centro comercial con un cartel que decía Free Hugs (algo así como Abrazos gratis). Ahora hay mucha gente de diferentes países que hacen lo mismo.
La historia mucho mejor documentada y extendiada la puedes leer en Pixel y Dixel.
Disfruta del vídeo y la música. Realmente merece la pena.
Visto en: arturogoga
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