Sexo para todo

   A mí personalmente me gusta la Wii y si Dios quiere y mi mujer también, algún día tendré una. Lo que no sabía es que ante la aparente inocencia de un dispositivo como es el mando, se puede convertir en un instrumento de perversión y lujuria. A ver qué dicen los censores de esto.

 

Visto en: VidaExtra